Pasa el camino verde, embravecido, la larga carretera acribillada, sombra de diarios viajes de otros y de mi exilio semanal. Y pasa adentro mío y pasa nada.
Poco tengo, dejo lo indispensable, dejo muertes pequeñas que apenas llegarán celestes, puntuales, sembradas de descuido y despedida con casi lentitud mecánica.
Que haré con mi neblina y con tanta canción agotada de carcajada y cenizas, dormitando de vaho y sin malicia, con mi mano arropada entre cobijas que espera como siempre.
Hoy importa bien poco si tengo delante otros dos días de lentejuelas, de imprudencia, de amigos y de felicidad amnésica y total.
Hoy importa bien poco si tengo delante otros dos días de lentejuelas, de imprudencia, de amigos y de felicidad amnésica y total.