jueves, diciembre 29, 2005

Pude al fin

Para sobrevivirte ayudan caracoles / levantados en playas doloridas

donde marchaba lejos esperando / cicatrizarte a punta, de agua salada y yodo

Ayudan las canciones de la infancia / donde solo tenia azúcar y rincones

que canto todavía casi a gritos/ sepultando también aquellos años

Y la noche y las luces de otro día / con la curda el exceso, la llovizna

el azar convocado cada viernes / el peligro inminente, el aire en el cabello

(la borrachera huérfana y la música)

Ayuda el desayuno puntual que despabila / la alegría cabizbaja de saberse arropada

de haber salvado obstáculos y años / de poseer familia y pesadillas

Para sobrevivirte ayuda el regocijo / que se acumula torpe entre mis manos

los tréboles, el barro, la alegría / de despertarme a diario a pesar mío

Para sobrevivirte ayudan los cuadernos / donde el dolor vació la punta de mis dedos

los papeles manchados y desiertos / estrenados con odio y alaridos

Ayudan hondamente los besos recibidos / coleccionados en fotos y en hoteles

las tardes de los miércoles y la letra mayúscula / el paisaje polar y la penumbra

Ayudan y apuntalan las llamadas / que a medianoche volando el mar atravesaban

larguísima distancia, el amigo respaldo / que llora mi carroña y envía conjuros

Para sobrevivirte debo tener bien claro / la emboscada, la cuerda, los lagartos

nunca dejar que el sueño levante y desentierre / los golpes recibidos y el espanto

Para sobrevivirte a ti y a hospitales / al infierno privado dentro mío

al bochorno, el suicidio, los cigarros / desdoblo tus camisas y las guardo.

Tengo mi amor y diez pequeños dedos / todo lo que me queda se levanta

aún a pesar tuyo, de mi misma / del sol y bajo el cielo del desierto.

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