Colecciono
ventanas en muros sin casa, me afano con lujuria y me enamoro dos
veces por semana, sobre todo los viernes ya muy tarde y los domingos
apenas despierto. Nunca pude concluir tareas pequeñas ni hacer la
misma cosa por mas de diez minutos. Mando cartas a lugares cercanos y
me arrepiento de ello casi inmediatamente. También escribo al otro
lado del océano, pero allá casi siempre soy casi bienvenida. Tengo
el cuerpo callosos y desproporcionado y me cuido el cabello pero no
el hipotálamo y menos el estómago.
Guardo
con obstinación objetos pequeños, amores antiguos, papeles
arrugados y con obstinación duermo mas de lo que debiera, y luego
desayuno solamente culpa y un poco de tristeza.
Me
he tardado veinte años en ordenar mi casa pero me toma un día
arruinar para siempre proyectos y bitácoras.
Tengo
una incapacidad crónica y despreocupada para ver a los ojos a
aquellos que me aman y esta incapacidad se extiende un poco para
decir la verdad y acunarme después el el abrazo tibio que a veces me
regalas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario