Sin embargo había sol.
El invierno mostraba su hipócrita sonrisa para desperezarse. Sin embargo había sol, como si el corazón me latiera en su sitio, como si las paredes de mi casa de piedra siguieran aguardando, como si la escalera (pequeña y amarilla) llegara esta mañana encima de las nubes. Sin embargo había sol, la tarde del viaje primero, helado y venturoso. El sol como presagio y como bienvenida.
Y tu mano miraba divertida mi mano, y le abrazaba un poco para tranquilizarle
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