domingo, octubre 21, 2012

Una gota y media


A pesar de que he nacido la década que no correspondía, ni a esta inquietud ni a toda esta desidia. A pesar de que vuelvo neciamente los viernes con puntualidad ajena a buscar el placer que siento perdido. A pesar de que duermo sin ayuda de culpas, sin pastillas, justamente las noches que no lo necesito.  Y de que me acuesto diez veces antes de poder por fin respirar,  sigue costándome muchísimo trabajo  dormirme,  sólo  no pensar y dormirme.

Tomo las vitaminas y los golpes como si fueran gotas de algún remedio mágico y los ritos absurdos desbaratan la rutina de cada entresemana. Y a pesar de las luces de otro día en que he creído olvidarme del infierno, los párpados me duelen todavía algunas noches.

El ventrículo izquierdo, continua torturando con gotas de impaciencia el resto de mi cuerpo. Y sin mas esperanza tantas de-construcciones terminan escarbando con saña mi cartílago.

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