martes, octubre 17, 2006

Mi peor costumbre

Volver se ha convertido también en alegría. Tal vez porque dejé de huir, porque la rueda se detuvo un instante y me dejó bajar a caminar, porque duermo ocho horas en cualquier ciudad. Volver a por las noches, donde siempre (maldita sea) cae la lluvia. Noche de los jueves en que llego a casa y la prisa y el contento abruman las ganas de mi cama. Ahora que no huyo, volver es un regalo y es un poco paz. Regreso al cuerpo deshabitado por mi y a la cama convaleciente. A mis malos hábitos y a la noche, a todos los que extraño entre semana. Con ganas de matar y perdonarme. No puedo abandonarme en otro lado, nunca he podido respirar muy lejos.
Mientras aqui espero, con la calma que nunca he tenido, lo que el regreso me depare y así sigo corriendo y me lleno de vértigo, de rabia y carcajadas.

foto de Fernando

1 comentario:

r dijo...

Bienvenida, bienvenida, siempre eres bienvenida.