La luna como boca de una enorme botella, en cuyo fondo oscuro nos movemos. Miramos diminutos, el mundo blanquecino que espera por nosotros alto y perfecto. Arriba para aquellos que pudieran treparlo o merecerlo.
Subimos a los fresnos a rocas gigantescas y a azoteas, despeñando terrores y células muertas al viento. Somos partículas inciertas, adheridas al fondo del cristal grasiento y nos movemos apenas bajo la luz escasa que se filtra y transpira.
Y ciertas noches verdes, la luna nos promete una salida alta de éste, nuestro mundo-garrafa, de esta cárcel de sudores, de horcas, de ciudades lampiñas y de cantáridas.
3 comentarios:
hay una canción para bañar la luna, que seguro recuerdas y que, lunática y perezosa, mi mente solo presiente.
La luna y su reflejo nos ayuda a iluminar el alma en las noches de perdición
cuidate y que tengas buen día
"Subimos a los fresnos a rocas gigantescas y a azoteas, despeñando terrores y células muertas al viento. Somos partículas inciertas, adheridas al fondo del cristal grasiento y nos movemos apenas bajo la luz escasa que se filtra y transpira."
wow.
un abrazo desde acá
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