miércoles, febrero 07, 2007

Bajo cautivo

La luna como boca de una enorme botella, en cuyo fondo oscuro nos movemos. Miramos diminutos, el mundo blanquecino que espera por nosotros alto y perfecto. Arriba para aquellos que pudieran treparlo o merecerlo.

Subimos a los fresnos a rocas gigantescas y a azoteas, despeñando terrores y células muertas al viento. Somos partículas inciertas, adheridas al fondo del cristal grasiento y nos movemos apenas bajo la luz escasa que se filtra y transpira.

Y ciertas noches verdes, la luna nos promete una salida alta de éste, nuestro mundo-garrafa, de esta cárcel de sudores, de horcas, de ciudades lampiñas y de cantáridas.

3 comentarios:

11:25 dijo...

hay una canción para bañar la luna, que seguro recuerdas y que, lunática y perezosa, mi mente solo presiente.

J.C.Morgado dijo...

La luna y su reflejo nos ayuda a iluminar el alma en las noches de perdición



cuidate y que tengas buen día

Xavier Valcárcel dijo...

"Subimos a los fresnos a rocas gigantescas y a azoteas, despeñando terrores y células muertas al viento. Somos partículas inciertas, adheridas al fondo del cristal grasiento y nos movemos apenas bajo la luz escasa que se filtra y transpira."

wow.
un abrazo desde acá