martes, octubre 23, 2007

Ni en cabeza propia

Definitivamente no se que cuernos estaba pensando.

Definitivamente era más que un impulso diamantino, en apariencia igual a los de otras semanas. Definitivamente no se donde meterme, hoy que por primera vez en meses llovió sol en mi jardín recién lavado.
Definitivamente no nací para esto de venderse caro y con recelo. Nunca tengo ni un poco de paciencia, asomo de pulcritud corriendo por mis venas.
Que me laven la lengua con lejía. Que se estrellen las copas contra el piso. Que se apague la luna en la ventana, a ver si aprendo... 
Una vez mas la sangre podrida y que apenas puede moverse, correr con indefensión, de mi mano a mi entrepierna, de mi boca hasta el cerebro.

1 comentario:

11:25 dijo...

pocos quedan que den el ancho para comprar un pura sangre