miércoles, noviembre 07, 2007

Las mejores visitas no se anuncian


Como premonición, casi como noticia, hoy ha venido un gato a morir junto a mi puerta, en el rincón más fresco de mi casa. Hizo a un lado la cubeta y el aspersor de fumigar y se metió en una cueva a esperar la muerte, rodeado de cal y de piedra volcánica.
No me sorprendió ni un poco su visita. En estos días extraños, un gato muerto es casi un regodeo.Una confirmación de este accidente en el que me vi envuelta, por primera vez sin merecerlo. Me senté junto a el y los árboles nos arrullaban y yo tomaba café mientras se me hacìa tarde.
Yo que tenía prohibido tener un gato, que tenía prohibido enamorarme, yo que no quería compañía, ni una sola pregunta, ni una mano en mi hombro. Y ha venido el silencio y la muerte a acompañarme y dejarme con esta sensación de paz y de espera.

Cuando vuelva hoy a casa, el gato no estará ahí, se habrá ido caminando de la mano de Mario, habrá sido enterrado en el montón de hojas, de cadáveres vegetales al fondo del patio.  Y yo volveré a dormirme si ayuda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las Mejores visitas son las visitas queridas, aunque inesperadas por el asombro que te causan, sin embargo hay personas que jamas se visitan y siguen afectuosamente unidas.

Un BESOTE