sábado, octubre 16, 2010

Pregunto, responden.

Habían cinco arboles en mi jardín y yo mandé tirar dos. Fué para levantar la casa y casi no tuve elección. Mi vecina construyó su casa alrededor de un árbol para no quitarlo, pero yo ya estoy vieja para dormir en una canasta.
Por eso desde entonces he tratado de redimirme y he plantado muchos mas. Mi vecina escogió los primeros y los sembró junto con la casa y junto con la casa han crecido y yo les he ido podando y colgando lamparas para sentir que son míos.
He escogido arboles que dan frutas de esas que yo no como pero que me encanta como huelen y arboles que crecen pronto para mi impaciencia. Lo único que nunca he podido crecer aquí es un olivo, que me han gustado siempre porque parecen viejos desde que nacen.
Pero los que tengo me han enseñado que saben cuidarse solos, que no hay que moverlos de lugar sin preguntarles y que aún los peores días difícilmente dejan cicatriz. A cambio de limones y aguacates yo les doy mucha agua en marzo y polvo para hormigas en octubre.
He pintado uno de azul y alrededor de otro he construido una mesa, pero lo que de mas me gusta es mirarles desde la hamaca durante horas y escucharles con atención y sobre todo creer que de verdad son míos.


1 comentario:

kompioyteras dijo...

Έχεις πολλές ελιές. Κι άλλες θέλεις;