me alzo entre libélulas descalzas
para dejar la casa renaciendo
para huir de balcones y fantasmas.
Me abrazo a tu costado cuando el aire
pasa a mi lado, azul incandescente
y dibujando en mapas y cuadrantes
nos vuelve pasajeros de la suerte.
Llévame al norte amor, donde las olas
rompen en las antípodas de un puerto,
al sur de penínsulas luminosas,
al oriente de almenas y desiertos.
Y volando regrésame
a tu orilla,
al cielo donde habitan mis horarios
y después de ofrendarme con el mundo
refúgiame
en el cuenco de tu mano.
(Duby y yo)
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