jueves, abril 04, 2019

Tu, sombrío

Eres la noche Amor,
oscuro y protector, persuasivo y abierto, 
peligroso y enorme.
La noche que me llama desde el día, 
desde el primer minuto demañana.

Noche que cubre mi cuerpo y mis membranas
y entras como la noche, precedido de aves,  
de olores y de niebla.
Entras anticipado de colores rojizos, 
con música de fondo,
con una semi-luz y una penumbra.

Dentro mío tus tambores, tus miedos y tus ríos
tus insólitos besos, el crío que atesoras
dentro mío se silencian y casi al mismo tiempo 
convulsionan y rugen.

Eres la noche Amor, con tu espalda gigante, 
con la voz bienhechora.
Y espero enmudecida casi cada segundo,
que transcurre del día previo tuyo.

La noche que aletarga ciruelas y anticuerpos, 
funciones y palabras.
Y que a la vez despierta mensajes enterrados, 
dudas, indecisiones,
la cofradía oscura de mi cuerpo y tus manos.

Como noche apareces, despacio y anunciado,
con las constelaciones dibujadas encima,
los puntos alineados entre tus cicatrices,
de tus ojos ventana a tus hondo secretos.
Como estrellas pequeñas, 
pareja de lunares que escondes en el pecho.

Llegas como la noche, como noche me envuelves
me regalas de cuarzos, de fiebre y de cuchillos.
Y me dejas temblando, pálida y estrenada, 
cuando el día comienza.

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