sábado, diciembre 31, 2022

Otro más

Y así el año se fué, arrugando el ceño, furioso de aguaceros, de despedidas largas y verano perfecto. 

Se marchó saludando de frente al universo, hacia el mismo lugar donde se pierde el sueño.

Me le quedé mirando con manos apretadas, con los pies avanzando sendero adentro. 

La tarde y la mañana se fundían con el cielo.

Yo recordaba besos.

Yo lamía mis heridas de éste año tremendo que se aleja por fin, sin un remordimiento, 

con ruido de campanas y de descubrimientos 

mientras yo me despierto y me sereno un poco, para lanzarme al próximo sin miedo.

Y levanto la cara hacia mañana, hacia otro invierno.

 


No hay comentarios.: