viernes, noviembre 25, 2022

No cumplo apenas

 

Me prometí, te prometí, puse en custodia

que no se me vendría abajo ni el cielo ni el coraje

más de lo estríctamente necesario.


 Me prometí hace tiempo que mi casa

sería un pozo eurihalino, una capilla de árboles y abrazos

y que yo, pese al polvo y la resaca

estaría muy pendiente y puntual en las mañanas.


Que no habría ni aguacero o pesadilla

que hicieran encallar la ruta que trazamos apenas en el agua salada,

y que mi voluntad nunca sería

la voluntad de otro disfrazada.


Trato así de cumplir y mantenerme

para poder un día dar la cara

para empacar sólo lo estríctamente necesario,

cuando pueda volver a mi ciudad de hambre

y amarrarme las trenzas todavía.


Y para no arrepentirme,

para la enterrar en cal éste resentimiento,

pongo a resguardo

mi buena voluntad limpia y en calma.


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