lunes, noviembre 27, 2006

Ya casi no me acuerdo




Para desalojarte de mi y de mi cabeza, donde te fuiste acomodando dócilmente, para transitar por el día acabado sin enmendar tu voz que juega con el cable y los objetos, que me tiene liada desde que te conozco. Ocurrió que la suerte me concedió de pronto tu imagen sonriente y templada mirando, mirando nomás mientras yo te miraba. Ocurrió, que curioso, que la duermevela se me convirtió en aire entre las manos. El pánico de derramarme se me volvió dos noches de saltos y de abrazos.
Despedí a mis amigos este fin de semana. La luz de la terraza me sorprendió bailando, me regaló te-extraño y hasta-pronto, un amigo que vino con obsequios y dos días que opinan como cuatro. Este fin de semana la fortuna me trajo una sorpresa bajo el vuelo de un águila, que miraba perderse desde la oficina de un amigo que pronto será padre.
La vida se abre paso, los años nos enseñan (por eso yo le tengo tanta estima a los años). Y no vendrás ni-solo-ni-conmigo, me pasaré durmiendo los domingos, no se terminará la vida cada año en un aeropuerto.

Como cada comienzo de semana hago promesas y canciones. Esta mañana, un niño con tu nombre encontró un perro que en el cielo tosía.

La foto es de Ro


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada lectura que nos regalas y cada palabras que nos cifras, me ayudan a conocer algo acerca de ti aunque a ti no te conozca.

Besote

r dijo...

tuve la imagen de belleza a cubetadas
o porrorin con una silla y tremendos rugidos
y al final baldosas limpias y
muchos aplausos

11:25 dijo...

... y aprendí a doblar la memoria y a hacer con ella palomitas y naves espaciales para irme lejos y allá hacerme viejo algunas tardes y sentir que burlo al tiempo y, ya solo, abrumarme hasta que apenas me queda fuerza para doblar algunas últimas palabras y con ellas hacer una balsa y esperar a que tu memoria te traiga a mi isla y quieras soplar mi vela y me traigas de regreso.
besos