martes, mayo 29, 2007

Placebos como tactos


Foto de Rodolfo, que dijo que era para mi blog


No tomo pastillas verdes. Capsulas verdes con blanco de las que tomaba dos (o tres-o-cuatro) al día en aquellos malos tiempos. No tomo tampoco la pequeña pastillita blanca que comprábamos con esfuerzo para diluir un poco las lágrimas y el miedo.
No tomo tampoco la tableta del extenso dolor de cabeza ni la del vomito recurrente.
Tomo aspirinas y ya.
A veces también tomo antiácidos y muy de vez en cuando también, (aunque me de pena admitirlo) la pastillita azul que produce modorra y amarra a la a la silla. Pastillita azul de no gritar, de no salir corriendo a perseguir fantasmas en la noche. Ya no hace falta, porque se fueron el dolor de cabeza y el insomnio. No hace falta pero hace falta. Solo que ahora he juntado alrededor objetos que me preservan del llanto y manos amigas que me amarran a la silla. Y aleteo y me caigo y me sacudo después las rodillas.

2 comentarios:

11:25 dijo...

tu esfuerzo tratando de quedarte quieta para sostener el hilo que de este y otros globos que cuando se inflan quieren subir hasta desaparecer y cuando bajan lo hacen muchas veces faltos de aire.
cuántas manos han tratado de mantenerte atada a tu silla, convencerte, para que sirvas de ancla.
y aquí siguen estas manos ciegas que tal vez sin dudar te habran puesto una píldora en la boca, para que estés alegre, para que duermas, para que se te pase el mareo, para que no pienses que eres tú quen la puso ahí.

I hate Sunday night dijo...

Las manos estaban ahí antes, y muchos de los objetos también. Tiene que ser algo más Porrorín. Quizás eres tu.