martes, octubre 14, 2008

Primeros daños

He pasado tres días vomitando, he vuelto de un viaje no planeado, he despertado entre sudores. Convalezco pues y la piel se me cae en pedacitos que no duelen.
He gritado este fin de semana trescientas canciones como si en ello me fuera la vida, he dejado de contestarte el teléfono y me quedan todavía migajas de resaca. Convalezco.

He conducido ochenta kilómetro para cambiar de cama y de azotea. Y en esta cama azul y bajo el techo de teja, también me duele el pecho y también me siento bien por primera vez en meses. Convalezco.

No te creo. Me duele todavía un poco el estomago, leo hasta tarde y no me salto ninguna comida, solo convalezco.
La carretera siempre tiene ese efecto: reclamarme tanto tiempo perdido, tanto alto innecesario.

No te extraño. Solo convalezco con la alegría de la ropa limpia, de un litro de té verde, del pelo lavado.

No te conozco. Enciendo una fogata en el patio con los pedazos de vida que de todas formas ya no uso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que placer saberte aun aca, escribiendo y deleitando mis ojos y echando a volar la imaginacion con las letras que cabalmente estructuras en un mensaje, en un pensamiento o en una poesia.
Que placer el saberte aun por aca por que leerte me produce placer y entre placer y placer, fue un placer saludarte.

Besote