viernes, junio 11, 2010

De algo servirá

Durante toda mi vida no pude respirar. Apenas me entraba el aire, con trabajo y como indignado. Por supuesto, el dolor de cabeza y el mal humor, eran a veces insoportables.
Durante los últimos cinco años no había podido masticar corcholatas ni comer elotes.
Ahora lo hago todo al mismo tiempo, respiro y muerdo y me parece estúpido que me dé tanto, tantísimo gusto. Seguro que alguna secuela debe ocasionar el pasarse treinta años sin oxígeno suficiente.
Y junto con la inmensa alegría, me inundan el olor a cigarro y el sabor a manzana avinagrada.

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