jueves, febrero 22, 2007

Lejos y a destiempo


Sonríe, camina y canta.
Levanta las manzanas y las ramas de mi casa, construida de adobe y de tus fotos. Minúsculo y resguardado de la rabia, de lo que a tu alrededor nos duele y nos hostiga.

Pisa el huerto y la calle con catorce de tus pasos.
Y camina hasta el sol como hasta ahora. Preguntándote colores en las manos, de maíz y de plumas de pájaro pequeño.


miércoles, febrero 07, 2007

Bajo cautivo

La luna como boca de una enorme botella, en cuyo fondo oscuro nos movemos. Miramos diminutos, el mundo blanquecino que espera por nosotros alto y perfecto. Arriba para aquellos que pudieran treparlo o merecerlo.

Subimos a los fresnos a rocas gigantescas y a azoteas, despeñando terrores y células muertas al viento. Somos partículas inciertas, adheridas al fondo del cristal grasiento y nos movemos apenas bajo la luz escasa que se filtra y transpira.

Y ciertas noches verdes, la luna nos promete una salida alta de éste, nuestro mundo-garrafa, de esta cárcel de sudores, de horcas, de ciudades lampiñas y de cantáridas.

jueves, enero 25, 2007

Vacaciones de todo tránsito


Me abandono a mi suerte.
Me abandono en cada fumarada de deseo, no controlo ni amarro los excesos, no se negar el paso de otro invierno.
Es la naturaleza de mi especie, esa que guarda ojeras en los frascos, así soy y niego todo abrazo cuando regreso siempre a malquererme.
Estas arrepentida y alejada, estoy desesperado y maloliente, estas tu respirando a bocanadas, estamos amarrados de los dientes.

No es contra ti amor ni es culpa mía. Ni siquiera he podido levantarlo, dilatarlo en el mar y hacerle frente, conversar y encerrarlo en diccionarios.
Ninguna cosa tengo que contarte, ni la siesta ni el humo que adormece, entretengo mi piel en vidrio y horas, me olvido por completo de la suerte.

martes, enero 16, 2007

A cualquier costo


Solamente,
el dolor pudo salvarme,
de una vida de muerte y de pereza,
del berrinche ordinario y codicioso
.

Solamente,
la muerte dejo la recompensa,

de mi persona sonriendo
y de mi médula hambrienta.



una foto de Fernando

sábado, diciembre 23, 2006

A la fuerza revuelto


Me acuerdo como en sueños del amor extraviado, del que me hervía lento y vigilante. Pensaba el otro día mirando como siempre como cada domingo, el campo recorrerse, las nubes regresarse, pensaba si al querer, si al dejarme querer y abandonarte. Me preguntaba si podría dejar de mirarte con pena y con amor, con la ternura larga, con odio de embriagarse. Descubrí con horror, que desde que te fuiste no te he deseado ni una cosa buena ni por un instante. Que si no estas aquí yo hubiera preferido una muerte terrible para ti, un profundo dolor, una aguja punzante. Descubrí con pena, con vergüenza y con miedo que en realidad el berrinche nunca me permitió abandonarme ni mirarte de lejos ni tocarte. Que me detenía a veces a mirar tus huellas en la pared y lloraba mansamente mucho tiempo, tratando de perdonarte.

Intuía que el perdón traería paz y que me dejaría adormilada, cansada de quererte y por supuesto de odiarte. El perdón aparece algunas veces, apareces tu también parado bajo la lluvia. Justo cuando me digo que no debo enamorarme, justo en ese momento, se detiene el odio por un instante y te miro fumando, embarnecido y viejo con tu aire frágil. Te miro una fracción de segundo, por accidente casi. Tu no me miras, no sabes que paso yo delante y me quedo callada dos minutos y medio. Y viene luego el perdón pequeño a reconfortarme y me advierte lloviendo que aunque quiera, no quiero querer como antes.

martes, diciembre 12, 2006

Dote

Después de largos años he venido,
a guardar en las manos bienvenida,
que llegan a brillar cuando las nubes,
se aprietan y se anudan boca arriba.
También guardé cuadernos y papeles,
acunados en sobres y en armarios,
que preservan la luz y la mentira,
que no saben de deudas y epitafio.
Intactas me quedaron cicatrices,
espasmos y roturas desangradas,
se muerden y suturan inasibles,
siempre dolientes y desarropadas.
He aprendido a cargar las consecuencias,
de miopías y grandes artefactos,
la reacción en cadena, los abrazos,
que atesoro o desando con mis pasos.
Al fin de cada día tengo el cielo,
que enrojecido y alto me reclama,
al fin de cada noche viene un plazo,
para prender la luz y oír el agua.

sábado, diciembre 02, 2006

Te llamaré amarillo


Murió Maqroll, el mismo día que él hace once años (¿hace doce? no se, ya no me acuerdo) en una playa gris y concurrida. De tristeza y de hambre como morimos todos, frente a un mar como éste encarnizado.

Lavaba yo retazos y recuerdos, de la infancia perdida con su muerte. Apenas diez días antes que otra muerte que obviamente nos toca y acompaña.
Hace tiempo que no se me aparece, inmenso y generoso, atormentado. Regalando pasteles de cumpleaños, con luz y con pañuelos para darnos.


lunes, noviembre 27, 2006

Ya casi no me acuerdo




Para desalojarte de mi y de mi cabeza, donde te fuiste acomodando dócilmente, para transitar por el día acabado sin enmendar tu voz que juega con el cable y los objetos, que me tiene liada desde que te conozco. Ocurrió que la suerte me concedió de pronto tu imagen sonriente y templada mirando, mirando nomás mientras yo te miraba. Ocurrió, que curioso, que la duermevela se me convirtió en aire entre las manos. El pánico de derramarme se me volvió dos noches de saltos y de abrazos.
Despedí a mis amigos este fin de semana. La luz de la terraza me sorprendió bailando, me regaló te-extraño y hasta-pronto, un amigo que vino con obsequios y dos días que opinan como cuatro. Este fin de semana la fortuna me trajo una sorpresa bajo el vuelo de un águila, que miraba perderse desde la oficina de un amigo que pronto será padre.
La vida se abre paso, los años nos enseñan (por eso yo le tengo tanta estima a los años). Y no vendrás ni-solo-ni-conmigo, me pasaré durmiendo los domingos, no se terminará la vida cada año en un aeropuerto.

Como cada comienzo de semana hago promesas y canciones. Esta mañana, un niño con tu nombre encontró un perro que en el cielo tosía.

La foto es de Ro


domingo, noviembre 19, 2006

Una suerte de filo






Me he echado una navaja en el bolsillo, una cuchilla corta y reluciente, que trepó antes que yo una alta montaña, y que no fue estrenada sino hasta este momento.

Un objeto pequeño que recuerda,  principios amargos y sencillas reglas, que me habla al oído con conocimiento, que resume todo lo que me he extraviado.

Me eche en el bolsillo un puño de suertes, me dormí pensando que nada quería, aprendí este día una lección pequeña, que remienda un poco de crónicamente.

jueves, noviembre 09, 2006

Temo que no

Finalmente nunca el miedo llega a ser, ni siquiera una fracción de todo lo que me quita. Finalmente nunca todos mis recelos, ni la peor de mis costumbres, ni el principio de semana, ni los lejanos plazos que siempre ocurren, pueden como el miedo levantarme. He llegado a la víspera y nunca es ni la mitad de lo malo que me esperaba.
Y llegó después de todo, el día siguiente y acabamos sin fianza y sin agravios.
Este es el momento que debo recordar cuando me alcance el miedo y paralice. Este, en el que no pasó nada. Logre recuperarlo y terminó medio año tan deprisa como termino este día miércoles al fin.
Marcha la vida y no le alcanzo, el miedo me sujeta y me cobija en la modorra de mi cama levantada y en recibir un desayuno reparador.
Terminó el día y nada ocurrió que fuera tan malo como el miedo.

lunes, octubre 30, 2006

Puro descuido

Digamos la verdad desnudamente / aceptemos de facto los excesos / el bienaventurado desacierto / de no tener segundo de consuelo / de no tener reposos ni algodones / entre tu imagen y respiraciones. /

Digamos totalmente sin malicia / sin gramos de rencor, sin dobladillos / el cada uno de los monosílabos / de tu voz resbalándose en mi oreja. /

No puedo ni callar ni perdonarme / la imprudencia elegante, el desatino / de acariciar el tiempo lujuriosa / de toda la semana sin cobijo. / No puedo no esperar la gran distancia / ni desdoblando cartas que no envío / las palabras se cuelan por los ojos / rodeándote de luz y telarañas / de goteras y alambre, de permiso / la vida que de ti voy construyendo. / Digamos la verdad despavoridos / aunque sea solamente para arrojarte lejos / para anotarla en pliego apretados / para vivir con ella el día- a día./

Despierto muy temprano con las voces / y duermo flacamente el día completo / sin poder esconderme ni a mi misma / que te espero y te abrazo, que te espero.

lunes, octubre 23, 2006

Languidecemos

Y pasan los domingos lentamente, cada uno es una raya en la pared.
Se me olvidan los domingos y me pesan y tengo a veces que llenarlos con hipnóticos y tostadas, con cuevas de cobijas y estropajos. La ventana verde sigue mirando al patio y cada día domingo deja pasar un pedacito de nube. Y yo junto sonrisas y presencias semana a semana y trato de no pensar, aprieto los dientes, me cubro de migajas y a veces lloro.

martes, octubre 17, 2006

Mi peor costumbre

Volver se ha convertido también en alegría. Tal vez porque dejé de huir, porque la rueda se detuvo un instante y me dejó bajar a caminar, porque duermo ocho horas en cualquier ciudad. Volver a por las noches, donde siempre (maldita sea) cae la lluvia. Noche de los jueves en que llego a casa y la prisa y el contento abruman las ganas de mi cama. Ahora que no huyo, volver es un regalo y es un poco paz. Regreso al cuerpo deshabitado por mi y a la cama convaleciente. A mis malos hábitos y a la noche, a todos los que extraño entre semana. Con ganas de matar y perdonarme. No puedo abandonarme en otro lado, nunca he podido respirar muy lejos.
Mientras aqui espero, con la calma que nunca he tenido, lo que el regreso me depare y así sigo corriendo y me lleno de vértigo, de rabia y carcajadas.

foto de Fernando

martes, octubre 10, 2006

Salitre salmo


Pasa que a donde el mar,  pasa que vuelvo,
a la arena primera,  al primer cielo, 
pasan años y yo, sigo sangrando,
no importa cuantos besos, cuanto arañazo.
Uno tras otros días, blancos y largos, 
blancos como esta arena, largos andamios.
Y siempre cada viaje, cada mañana,
cada visita la mar, se filtra el agua, 
el agua que corroe, limpia y salada,
memorias despintadas, de cuando amaba.


tambien-foto- de-Ro

lunes, octubre 02, 2006

Genealogía vascular

No tengo la sangre limpia, ni delgada ni acuosa. Se me espesa en las venas y es oscura desde siempre. Tiene que ser así, de otra forma nunca hubiera querido tan mal y tan impuntualmente, ni hubiera guardado tanto encono. Y ellos no escapan a la mala leche y al mal augurio, los que nunca perdono y nunca olvido. El odio y el perdón no se conocen dentro mío, duermen a deshora y me mal quieren. Es una vez mas la sangre oscura que me quita el sueño y me hace levantarme a escribir blasfemias y recetas. Que ahuyenta el sueño de por si tan escaso. Y que me gusta pensar que viene de una maldición antigua o de un pequeño error congénito y homeótico. Y que esta mañana se convierten en resfriado y en ayuno, en jaqueca y en agruras
Pero de esta sangre comienza también, la alegría y el orgullo y las canciones pequeñas que atesoro. Y mi especie sobrevive y sonríe desde siempre.

sábado, septiembre 23, 2006

Reparaciones


Para recuperar todo lo que he aprendido, minucioso recuento de titubeos y gestos,
pasando por ojeras, enjuagando hospitales, por noches infectadas, almacenando atrasos, por la sustancia blanda y aguda de mi fiebre.

Para trazar después el surco de los hábitos, el inventario ronco de cavernas y asaltos
, habrá que practicar con perfección y trazo, el arte de morderse la lengua y el respaldo; de ponerle zancadas al monólogo largo, que le da por pasearse en mi cabeza a ratos. Habrá que descifrar los símbolos bordados, en sueños y paraguas, en espaldas de gatos, destapar aquel cofre diminuto y heraldo, donde denuncia y duerme mi soledad cantando, invitarla a subir de nuevo al campanario, a meterse en mis huesos que cojean enredados, construir nueva casa de cantera y trabajo.
Las cosas aprendidas caminan sin horario, cabizbajas y mustias, sin encajar aguardan
en mi desorden gráfico.

martes, septiembre 12, 2006

Mejor así


Que ganas tengo de quererte y no. De con demencia abrazarte y olvidarte, al minuto siguiente sin malicia. Tenerte para mi en la sombra fuerte y mañana mirarte enmudecido. De esperarte con luz y taquicardia y que te marches luego con tu nombre y que dejes el mío intacto y limpio.


viernes, septiembre 08, 2006

Rebalsa



Fusilábanme el verde, liquido y chispas en la capota. El sol en su ventana de agua contenida, venía como a advertirnos del final del camino, abierto en dos mitades, en un minuto y medio. Después entro el silencio azul y confundido con árboles mojados y música de fondo. Agua alumbrando el cielo, devolviendo señales armadas desde las nubes. Y las nubes miraban de cerca de las hormigas y peinaban las piedras del techo de mi cerro. Mi cerro pasó entonces corriendo al otro lado, donde vigila y sueña con espejos. Dos veces por semana mi cerro envejecido me responde preguntas. Pero este día soleado no se digno a mirarme. Será porque saltaban desfiles de colores y luz ultravioleta en la horizontal enorme que le entra por los ojos. Mi cerro y otros cerros cabecearon entonces, salpicados de aves, de aguaceros de almíbar, de tanta brillantez como solo es posible en esta rebanada de aire, en esta tarde afiebrada y ciruela, incierta y caminante.

martes, agosto 29, 2006

Era yo

otra foto de Rodolfo

Si soy hija de Lilith o del agua,
del pacifico igual, de sur a norte,
hija tal vez de fuelles o arañazos,
que un hombre encanecido relevaba.

No soy hija de eccemas ni de oficios,
ni de modales ni visitaciones,
no aprendí a saludar ni a despertarme,
me sangran las encías, los corredores.

No vine del amor correspondido,
por esa razón nunca he sido amada,
por eso el día comienza siempre tarde,
y me embriago de alerta y de cebada.

Por razones que ignoro me he perdido,
de caminos de imanes de atractores,
me he sepultado en medio del olvido,
pero recuerdo el mar y sus temores.



jueves, agosto 24, 2006

Me he tardado


Hoy sospecho de todo y se interceptan el cielo y la caricia de desorden. Los ojos entreabiertos protestaron, la glándula pineal y la pupila se agolpan nuevamente en enunciados. Hoy sospecho y me ataca el desconcierto (será que tanta luz me sobresalta) Hoy vigilo y aguardo nuevamente, se desprende mi vida y se terminan las semanas hurtadas por tus ojos. Hoy despierto anticipada y bruscamente, el agua se resbala inexplicable, los limones limpios caen solos y comienzo de a poco a echar de menos, mi cama abandonada y mis cuadernos.


miércoles, agosto 16, 2006

Aquellos


Mis amigos que son, el presente mayor que el tiempo dejó tras de la puerta, han invadido el día de hoy con un enorme precepto. Cada uno de ellos con su exclusiva manera de ir en picada, de bailar o de saltarse la barda, con sus bramidos y enterezas. Mis amigos lejanos con un cuaderno nuevo, con su visita anual, primordios voladores, contorsionistas y fotos junto al lago. Mis amigos cercanos con carreteras a oscuras, impecables filogenias, con vestidos de lunares, anfitriones perfectos y viajes inexistentes. Mis amigos nuevos con caballos amarillos, carritos de supermercado, silbidos y edredones de plumas.

Me recuerdan todos que no es tiempo sin embargo, que la tristeza se arrima y se doblega y exigen a la sangre a ampararse quieta. Los que escribo en negritas o en itálicas, los que viajan conmigo en mi libreta, los que llaman casi siempre a mala hora. Mis amigos nuevos que serán algún día amigos lejanos o aliados, amantes, antípodas o enemigos. Mis amigos lejanos que volverán un día para arroparme, para mostrarme trucos aprendidos. Mis amigos nuevos que han llegado con persistencia y con esquelas. Y yo con inquietud les miro acomodarse, mientras me explican que el borde del camino avanza, me solicitan que firme la derrota, que tome aire, comience y levante tapias, arroje libros y camine despacio, contenta y mas bien sola.

lunes, agosto 14, 2006

Hemiplejia


Insomnio interpelado de tormenta /
por toda compañía claudicada
/
las nubes se almidonan y disuelven /
mientras sigue la noche y la vigilia. /


Una hora, otra hora, otro lamento /
una garganta afónica y hambrienta
/
por toda compañía resignada /
por esta duermevela que me arrastra
/
a otro día doloroso y humillado.
/

Tras haber esperado, nada espero /
después de persistir, solo he perdido
/
la vida terminó una y mil veces /
y mil veces también rompió de nuevo
/
la luz con los cristales del espanto.

viernes, agosto 11, 2006

Ambos cumpleaños

11 agosto 2004 Acabo de darme cuenta que hace apenas un año, me mude a esta ciudad. Que rápido pasa el tiempo cuando uno quiere que nada, nada ocurra. Cuando uno quiere que se queden amontonados en el piso la ropa y los papeles. Llegué buscando cielo y refugio, el poniente prometido en el aleph y las horas de sueño perdido. Deje a mi señor padre rascándose la espalda y deje las caravanas y las luces de otro día. Y sobre todo la pena de mirarte en las paredes camino de la escuela y del resto de mi vida. Puse cuanto pude de distancia para encontrar un rincón donde lamer mis heridas (que de tanto, son ya irreconocibles).
Yo estoy segura que he perdido el tiempo, sin embargo ayer día desde lejos mi amigo (que es un poco más viejo justo en este momento) me recordó que de no escapar corriendo, no hubiera soportado ni los nueve rechazos, ni el abismo de ruidos que llegaron de lejos todos juntos. Que hubiera sin duda enloquecido. Y que ahora solo debo mirar el cielo en la terraza un instante y volver a tomar aire.

jueves, agosto 10, 2006

Otra ventana

Quiero desbaratar, las uvas de la punta de tus dedos.

Quiero que sus semillas se alojen en mis dientes,
que de tu lengua crezca palabra enredadera,
anudando mi lengua, lavándome por dentro.

Quiero el vapor azul que despide tu pecho,
cubierto de espirales, de olas de corrientes.
Quiero que se condense después en la ventana
de tus ojos abiertos que miran a los míos.

martes, agosto 08, 2006

Tierra de por medio


Anteayer lloraba por la tarde, mirando en la ventana del autobus el desierto viajante. Pase junto a mi cerro y atiné a preguntarle si es que a estas alturas las piedras y la lluvia reverdecen su cabeza gastada, su herrumbre envejecido y frágil. Le pregunte tan solo por preguntarle, por saber si el amor podría todavía venir a visitarle. El amor, me pregunto con frecuencia y un poco con hambre.

El amor que tal vez, si me atrevo a mirarle, pueda con mi impaciencia, con las muchas preguntas, florecer y acunarme. Será que todavía el cielo me llueva como antes. Será que mi cerro verde, que la noche mojada, que mi encías corruptas, que mi cama se levante. Mi cama alta y deshonesta, mi cama de guardarme, recordará las noches hermosas del tiempo del desastre. De antes de la rabia, de los goznes rotos, del techo derrumbándose. Derrumbándose y entrándome en los ojos para cegarme. Mi cama que recuerda, como recuerda mi cuerpo, la cerradura, el jergón, la araucaria y yo finjo olvidarle.

Y lloraba anteayer por la calma heterótrofa, por la próxima lluvia, por el desierto largo que atravieso siempre para dejarte, tan atrás como pueda, tanto como me alcancen las ojeras, el fósforo, los ahorros, el hambre. La tierra de por medio que a veces me regala curdas de domingo, mi cerro azul-jade, amiga vacante, cielo iridiscente y el páramo que se sonroja y sonríe que me abraza y me arde.

sábado, julio 08, 2006

¿Cómo que porqué?

A cualquiera que a estas alturas todavia se lo pregunte...
“Lo peor era que dejaba que las cosas siguieran su curso, permitiendo que la inercia de los acontecimientos escalara sobre el amor. Entregar lo mínimo necesario para que no se rompa. El destino actuaba sin que aquel hombre se atreviera a meter las manos”
(de La hora sin diosas, Beatriz.. Rivas)

jueves, junio 01, 2006

Bostezo

una foto de Rodolfo


De todas formas no sirve casi nada,
casi no viene luz, ni mueve sueño.

Muy pequeñas cosas, logros muy pequeños,
dolores espasmodicos y viejos
que vienen como ayer a torturarnos.



domingo, mayo 28, 2006

Unicamente

Mi corazón ha de salvarme en una isla, de la ajena voluntad y de disfraces. Ha de abrazarme y calentar mis huesos en el exilio, con complicidad y marcha. Será quien guarde la memoria y valiente tirará la pluma del sombrero al aire, brújula despuntando. Será quien guarde también el tiempo roto, el amor que extravié a punta de estornudos. El lobo de los ojos azorados que muestran el camino y la escalera.

Mi corazón dirá el momento justo, en que el barco se enfile y manifieste, amarrando la dignidad al mástil, con cuerda roja y pedazos de mis manos: atada finalmente y a la fuerza.

Mi corazón presiente y ve lo que mis ojos, al fin me han ocultado. Persigue el despertar de trazos en las nubes, los sueños y las líneas en el agua. Y de unas alas atadas a mis manos, tan a fuerza y tan apenas como la dignidad y como el amor que aprendí tan a destiempo.

Mi corazón se llenara de orgullo, de alegría y de polvo de colores, se mirara al espejo complacido, con manos arañadas y contentas. Caminara conmigo hasta la puerta ultima y tocara despacio con nudillos quebrados. Ha de ser la botella a la deriva, una llamada de auxilio y un consuelo, recordándome que no he de parecerme nunca a nadie y nunca más vender mi alma por cobijo.

Mientras mi corazón espera y en voz alta me canta.

domingo, abril 23, 2006

Dicción de entonces



Palabra sanadora y gigantesca
/ que insondable murmura en mi organismo / brotando cabizbaja y oportuna / cada vez que un oscuro sacrificio / profana como buitre entre las dunas. / Palabra blanca luz y fundadora / del nido, del aljibe, de la almohada / salitre y medicina, agua y tierra / mi sustancia dormida encadenada. / Palabra novia fiel y cuidadora / cementerio de espinas y veneno / que barre las ortigas y la fiebre / que en mi enramada anidan de desvelo. / Palabra, luz pendiendo de mi túnel / alzada en mi cabeza como un faro,/ para guiar arañazos y coraje / que emboscan el dolor de mi costado.

lunes, marzo 27, 2006

Sin menoscabos


Soy persona sola: nadie entra por mi oído y me enredo en insomnios y en papeles. Prohíbo con encono asomarse a mi tristeza y mi desierto.

Soy persona torpe: me cuestan las tareas mas trabajo que a cualquiera. Se me agrietan las manos y desbarato todo lo que toco. No amarro ni encierro los regalos mas pequeños.

Soy persona dable: me enredo con cualquiera y me desbando después sin decir mi nombre. Me escapo a la silla de regreso que me espera tibia todavía. Y vuelvo a beber, a odiarte y a acunarnos.

Soy persona débil: me lleva la embriaguez donde no alcanzo, no dejo de danzar ni congraciarme con casi cualquier noche y con el ultimo barco.
Tan-sola-tan-torpe-tan fácil, que me lleno de orgullo, de acuerdos, carcajadas y cansancio.

sábado, marzo 04, 2006

Ni espero, ni almaceno

Si tengo vida o no, lo he olvidado.
Si vida se abre paso en otra orilla, vida que se duplica cada hora, que come de mi sangre y mis heridas.
Desperdiciada y ciega, puntualmente, en que una vez al mes me recompongo, vida para ofrendarte y no quererte, para arrojar a lo oscuro del pozo.
Vida que se adormece y tiene grietas. No la he pedido y no voy a guardarla, al cabo el cielo vive tras mi oreja, al cabo casi no he aprendido nada.

miércoles, enero 18, 2006

Postrimería

Así entonces el sol vuelve a morirse

sin ningún rayo verde y sin apuro

hoy que profano vuelve a consumirse

te entregas a la arena y yo no escucho.

jueves, diciembre 29, 2005

Pude al fin

Para sobrevivirte ayudan caracoles / levantados en playas doloridas

donde marchaba lejos esperando / cicatrizarte a punta, de agua salada y yodo

Ayudan las canciones de la infancia / donde solo tenia azúcar y rincones

que canto todavía casi a gritos/ sepultando también aquellos años

Y la noche y las luces de otro día / con la curda el exceso, la llovizna

el azar convocado cada viernes / el peligro inminente, el aire en el cabello

(la borrachera huérfana y la música)

Ayuda el desayuno puntual que despabila / la alegría cabizbaja de saberse arropada

de haber salvado obstáculos y años / de poseer familia y pesadillas

Para sobrevivirte ayuda el regocijo / que se acumula torpe entre mis manos

los tréboles, el barro, la alegría / de despertarme a diario a pesar mío

Para sobrevivirte ayudan los cuadernos / donde el dolor vació la punta de mis dedos

los papeles manchados y desiertos / estrenados con odio y alaridos

Ayudan hondamente los besos recibidos / coleccionados en fotos y en hoteles

las tardes de los miércoles y la letra mayúscula / el paisaje polar y la penumbra

Ayudan y apuntalan las llamadas / que a medianoche volando el mar atravesaban

larguísima distancia, el amigo respaldo / que llora mi carroña y envía conjuros

Para sobrevivirte debo tener bien claro / la emboscada, la cuerda, los lagartos

nunca dejar que el sueño levante y desentierre / los golpes recibidos y el espanto

Para sobrevivirte a ti y a hospitales / al infierno privado dentro mío

al bochorno, el suicidio, los cigarros / desdoblo tus camisas y las guardo.

Tengo mi amor y diez pequeños dedos / todo lo que me queda se levanta

aún a pesar tuyo, de mi misma / del sol y bajo el cielo del desierto.

lunes, abril 25, 2005